Branding emocional: ese espacio a explorar

Muchas son las palabras que se asocian al marketing digital desde un punto de vista racional, pero ¿qué papel juega lo emocional en el momento de crear una estrategia para conquistar al comprador?

En una realidad en la que cada vez se hace más difícil captar la atención del consumidor, se han de idear nuevas formas para despertar el interés. Debido a factores como la distracción (estrés, cansancio, conexión multipantalla en móvil y tablet) el usuario pierde gradualmente la motivación por invertir su tiempo y energía en el anuncio que tiene delante. Sin embargo, a través de mensajes emocionales, la marca puede establecer un vínculo directo con la persona, compartiendo con ella una historia que le haga sentir especial y a la vez universal.

Conocer las emociones del público es clave para conectar con el consumidor a un nivel más profundo, en el que se asocie el valor que transmite la marca a una forma singular de interpretar la vida: en definitiva, para generar empatía. De este modo, se comparte algo más que la solución temporal a una necesidad: se transforma la relación entre producto y usuario, de comercial a personal.

En este aspecto, podemos encontrar campañas en las que se cuentan historias que sirven de espejo al individuo. Historias que evocan sensaciones con las que se puede sentir identificado. Se establece así una conversación con el espectador en la que se intercambian valores universales. Así, conocer y gestionar emociones como la alegría, la tristeza o el miedo pasan a ser un referente a tener en cuenta para crear estrategias de marketing, ya que si se aprovecha bien este recurso puede resultar beneficioso:

  • La alegría armoniza, ilusiona y genera felicidad. Por eso, algunas campañas tratan de transmitir y de asociar esta emoción al valor que representa la marca. Se trata de motivar a la persona mediante el optimismo, generando información que haga referencia a momentos, vividos o por vivir, que sean agradables y especiales. La idea entonces no es centrarse estrictamente en el usuario para venderle un producto o servicio sino compartir una experiencia, como en los ejemplos de Iberia y Aquarius:
  • Mediante la tristeza se busca la empatía. En situaciones de crisis las marcas pueden encontrar una oportunidad para mejorar la vida de las personas. De este modo, valores como la confianza y la fidelidad se fortalecen y el vínculo con el público se hace más estrecho ya que se sienten acompañados y apoyados en los momentos difíciles. Un buen ejemplo de esto es el de Coca Cola, cuyo fin es esperanzar a pesar del desánimo e incertidumbre en momentos de crisis.
  • Emociones derivadas del miedo, como la inseguridad o el temor al fracaso, puede resultar útil en pequeñas dosis. Por ejemplo, en campañas inspiradoras que ayuden a superar los retos y problemas que surgen en el día a día. Es el caso de marcas deportivas como Nike o Adidas, que tras muchas campañas compartiendo historias y experiencias de deportistas se han convertido en referentes de superación personal.

Cristina Cerezo, Marketing Digital Generation Spain

Cristina Cerezo